La película nos cuenta la historia de un pequeño que nació en circunstancias extrañas y que nos enseña a vivir un día a la vez
La película nos cuenta la historia de un pequeño que nació en circunstancias extrañas y que nos enseña a vivir un día a la vez

Por lo general, en cada uno de los eventos que tengo sobre mi persona (cumpleaños, navidad, día del padre, día del amor) siempre, como buen amante del cine, les pido a todos los miembros de mi familia un título más que engrose la colección de películas que tengo. Este día del padre pasado,  llego a mis manos, una de las películas que deje pasar en el cine, por considerarla sosa, sin ningún tipo de argumento, y con una trama tediosa y sin sentido. Sin embargo, como todo en esta vida, los hechos llegan a demostrarte lo contrario, y debes tragarte todas tus palabras, y conceptos. Mi hermana, fiel a su costumbre de regalarme películas puso en mis manos “El extraño caso de Benjamín Button” (Warner Bros. 2008).

Ambientada en los lamentables acontecimientos ocurridos en la ciudad de Nuevo Orleans en el 2005, Benjamín Button comienza con una extraña historia  en la zona más acaudalada del Nuevo Orleans de 1918. Una mujer moribunda entre gritos y sollozos da a luz a un simpático, horripilante y extremadamente curioso bebé. El señor Button, padre del neonato, decide dar fin al sufrimiento que cae sobre él y su familia  e intenta a ahogar al pequeño, arrepintiendose en el último momento, y dejándolo a su suerte en el umbral de la puerta de un interesante asilo de ancianos.

David Fincher, mago de las narrativas psicológicas intrincadas y vaivenes emocionales como en el “Club de la pelea” o tenebrosas y claustrofóbicas investigaciones como en “Zodiaco”, nos adentra a un mundo interesante, alentador, e inspirador creado por la no menos talentosa mente de  Francis Scott Key Fitzgerald.

Todos en alguna ocasión comenzamos a interrogarnos sobre qué haríamos si muchas situaciones en las que nos vimos involucrados desde niños, hubieran sido combatidas desde el punto de vista maduro y frio de nuestra etapa adulta. Benjamín (como decidió ponerle Quennie, su madre adoptiva) creció de forma inversa a lo que toda evolución, ley y sicología lo mandan. Nació siendo un viejo de 80 años, y año con año en lugar de volverse más viejo, involucionaba en la juventud que paradójicamente todos queremos y añoramos seguir teniendo, y que a él a cada momento le aterrorizaba más.

Brad Pitt vuelve a demostrar que no es un actor más de los que existen en la grande y diversa carpeta de Hollywood. Su nominación al Oscar y sus múltiples reconocimientos a nivel mundial por esta película  lo colocaron como un actor serio y despejaron las dudas de Fincher de seleccionarlo por encima de actores más consagrados en el drama como Jude Law o Matt Damon, y volver a repetir la dupla éxitosa que tuvieron en el Club de la Pelea.

Con el paso del tiempo Benjamín comienza a crecer con la curiosidad natural de un niño y el riñón y las articulaciones de un viejo de 80 años. Los cambios que el personaje principal tiene se ven condimentados con las múltiples dudas que exponencialmente tocan su alma. A sus escasos 7 años, Benjamín conoce a Daisy, hermosa pequeña de cabello pelirrojo y hermoso ojos azules que lo cautivaron por primera vez y capturaron su corazón. Muchos de nosotros recordamos ese momento, ese mágico segundo donde nuestras miradas se cruzaron con esos ojos fugaces, tiernos, inocentes del primer amor, de la primera sensación donde los mundos son separados cronológicamente volviendose más lejanos. Benjamín de inmediato se sintió seducido por esa mirada, mientras ella convirtió su curiosidad en amor.

La película fue ganadora de tres premios Oscar: Mejor Dirección Artística, Mejor Maquillaje, Mejores Efectos Visuales
La película fue ganadora de tres premios Oscar: Mejor Dirección Artística, Mejor Maquillaje, Mejores Efectos Visuales

Cate Blanchet, camaleonica actriz, de finas expresiones y profundos gestos interpreta a Daisy, mujer que  vive sin complejos en un mundo que se transforma exponencialmente, teniendo en el ballet la forma de expresar en cada uno de los movimientos un lenguaje erótico, complicado y abstracto, donde en un mundo paralelo al de Benjamín vive en la opulencia y recónditos lugares hermosos propios de su profesión. Daisy representa, ese amor fugaz, primerizo y como siempre sufrido que todos en esta vida tenemos, que todos deseamos controlar y que lentamente se fuga de nuestras manos, su pensamiento siempre fue el mismo, pero sus puntos de vista de la vida, como su edad, iban en direcciones opuestas, completamente innequivocas, crueles, despiadadas.

Benjamín siguió creciendo y rejuveneciendo. La sobriedad con la que  se encarga de su vejez es en muchos sentidos hermosa, mágica, inquietante. El tener la sensación de que tu tiempo se agota, se vuelve a cada segundo que vives una condecoración más que una obligación. Todos esos segundos, todos y cada uno de ellos, se convierten en un momento más de vida, que como persona obtenemos. Para Benjamín, eran simplemente la forma de demostrarnos que existe solamente poco tiempo en esta vida, y, que con la vitalidad de una juventud perdida, debemos afrontar el paso del tiempo, inequívoco y fugaz. El personaje, era audaz, atrevido, desparpajado, vivía e intentaba vivir lo más rápido posible, porqué, simplemente su tiempo se agotaba y él necesitaba vivir, todo lo que le había sido robado en esos 80 años que no vivió.

La naturaleza sencilla de los diálogos de la película poco a poco te envuelven en una mágica historia de paz interior, amor y desamor,  con un personaje completamente plano que conmueve por su inocencia, pero cautiva por todas las enseñanzas con las cuales se adorna.

“ La vida es un camino lleno de accidentes”, es el lema que lentamente da el contexto a la historia de la película; un accidente lo hizo así y miles de accidentes más a lo largo de ella lo forjaron en carácter y sentimientos. Benjamín conoció el amor incondicional en su madre adoptiva Queenie, En su padre biologico la decepción de las decisiones y la redención perdida, en Monsieur Gateau, el amigo que te enseña los pormenores de la vida, y en la misteriosa mujer rusa, ese deseo carnal, inexplicable, pero adictivo.

Daisy, bailarina consagrada y jovial amante de muchos ve en un accidente terrible el punto final de su carrera, y como tal, lentamente, intenta retroceder en sus pasos hacía Benjamín que fue maltratado por ella misma, por su ego, por su frustración, en un momento donde el personaje principal, había encontrado a su padre y lo había perdido en el mismo instante.

Brad Pitt pasaba mas de 5 horas en maquillaje para lograr los efectos deseados.
Brad Pitt pasaba mas de 5 horas en maquillaje para lograr los efectos deseados.

Es interesante ver, que a lo largo de toda la película el personaje de Pitt nunca emite una sola lágrima, nunca se queja absolutamente de nada, no pretende nada, solamente, le interesa vivir, aún cuando los momentos se vuelven muy oscuros, demasiado tediosos, eternamente inconsolables.

Benjamín sigue rejuveneciendo lentamente, sigue avanzando hacia lo que directamente se convierte en el ocaso paradójico de su vida. Su amada regresó, su vida se confabuló de tal forma que su senectud y su vida joven, comenzaron a ir en sentidos opuestos, aunque mágicamente iguales, llegando a un punto de balance, donde la felicidad y la vida misma se había convertido en ese oasis que los dos merecian.

Francis Scott Key Fitzgerald de nuevo nos entrega una joya más provenida de su mente, llevada magistralmente como un narrador inconcluso a la hermosa y veterana Julia Ormond, donde muchos sentimientos externos e internos quedan a flor de piel.

Benjamin Button nos enseña a amar sin ningún tipo de dolor, nos enseña que la vida es demasiado corta para sufrir por lo que los años nos han negado y sobre todo a que el perdón y el amor van de la mano como unos némesis demasiado extraños, pero al fin, compañeros de toda la vida, nos enseña en cada uno de los segundos de la película, que esta vida es muy corta para ir por ella sin perdonar, muy larga para poder amar, así como demasiado complicada para llorar. Es una película que nos enseña a vivir, que nos enseña a sentir, pero sobre todo,  nos enseña que solamente tenemos una vida y debemos vivir, todos y cada uno de esos segundos, con el mejor de los sentimientos y que cada día olvidamos mas: La esperanza.

Hasta la próxima.

Una respuesta a “El extraño caso de Benjamín Button: Un viaje hasta lo más profundo de los sentimientos.”

  1. Avatar de IRE
    IRE

    Hermosa película 🙂

    Me gusta

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La frase de la semana

«La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza.»

Napoleón I (1769-1821)
Emperador francés.

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