Tal como ha sucedido con Halo, Microsoft ha entablado conversaciones con las gentes de Epic Games para llevar a la Xbox One otro de sus juegos insignia. Gears of War vivió un año 2013 bastante extraño al traer a la luz una precuela de la saga con muchas pretensiones y poca aceptación entre los seguidores asiduos seguidores del videojuego.
La nueva Xbox abre la posibilidad de reinventar muchos juegos, y así también abre un crisol muy grande de posibilidades de echarlos abajo. Lo importante es, que seguiremos (si es que todo se concreta) viendo a Marcus Fenix y compañía en otra aventura.


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