El mundo se transformó. La ciencia. La guerra. La conciencia cambio todo su sentido. El hombre presenció horrorizado como el terror de la guerra se combatía con más terror. El 6 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense Enola Gay lanzó la bomba que transformó la ciudad de Hiroshima en un infierno nuclear, un acto por el que Estados Unidos nunca ha pedido disculpas, como tampoco lo ha hecho por Nagasaki, bombardeada el 9 de agosto.
Unas 140 mil personas murieron en Hiroshima y unas 70 mil en Nagasaki inmediatamente o, por la exposición a las radiaciones, entre el momento del impacto de las bombas y el mes de diciembre siguiente. Estos dos ataques precipitaron la capitulación de Japón y el final de la Segunda Guerra Mundial, el 15 de agosto de 1945.
Que los deudos de este atroz evento sean testigos que aún no se olvidan.




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