Emma Watson, la pequeña actriz de Harry Potter, ahora convertida en una mujer, nos ha demostrado que su crecimiento personal y profesional fueron de la mano con su madurez y sensibilidad. El Feminismo, un tópico tan polémico como integrador, fue el punto medular de su participación en la Asamblea de las Naciones Unidas, y que toco a más de uno en el punto más sensible de nuestro tiempo: La desigualdad.
Integrador, propositivo, y sobre todo, mordazmente correcto, fue el discurso de una actriz que fuera de su personaje, hace magia con sus palabras.

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