Catedral de Guadalajara
En el Centro Histórico de la bella ciudad de Guadalajara, en un amplio frontón semicircular, se descubre la imponente Catedral de la Asunción de María Santísima. Rodeado por cuatro plazas, el edificio de fachada renacentista y torres con agujas neogóticas compone el mayor símbolo de la capital jalisciense.
En 1561 el rey de España Felipe II la mandó a construir y se terminó alrededor de 1716, a cargo del arquitecto Martín Casillas. Sin embargo, en 1818 un fuerte terremoto sacudió la ciudad, derrumbando su cúpula y sus torres, las cuales fueron sustituidas en dos ocasiones, permaneciendo actualmente las ideadas por el arquitecto Manuel Gómez Ibarra, en forma de prisma hexagonal y cubiertas de azulejos.
El interior de la Catedral está decorado en un estilo barroco sobrio, del que destacan sus bóvedas de nervaduras, interesantes obras pictóricas -especialmente el mural en la sacristía de “La Purísima Concepción” de Bartolomé Esteban Murillo– y su bello órgano de origen francés, el cual es uno de los más grandes de México.
Debajo del coro y del altar mayor se encuentra uno de sus principales atractivos: la “cripta de los obispos”, lugar en el que yacen los restos de los obispos Francisco Gómez de Mendiola y Don Juan Santiago de León Garabito, considerados santos. También, dentro de sus grandes vestigios está el Relicario de los Mártires, una vitrina que exhibe los restos óseos de 23 hombres beatificados por Juan Pablo II.
Adéntrate al corazón tapatío y déjate empapar de su bella arquitectura que, indudablemente, encuentra a su mayor exponente en la Catedral, ganadora del cuarto lugar con el 10.5% de los votos.


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