Samuel L. Jackson es uno de los actores favoritos de Hollywood. Su garbo, su capacidad histriónica, su tono de voz y su enorme sentido del humor, lo han colocado como el estandarte de la forma de hablar de «los hermanos» como el les llama «cariñosamente» a los hombres de color. Invariablemente, sus personajes son malhablados y extrovertidos, todos, caracterizados por una sola cosa.

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