Soledad

Texto original: Katie Hafner (The New York times)

BLACKPOOL, Inglaterra — La mujer al otro lado de la línea hablaba despreocupadamente sobre la primavera y su cumpleaños número 81 la semana anterior.

“¿Con quién celebraste, Beryl?”, preguntó Alison, cuyo trabajo es ofrecer un oído amable.

“Con nadie, yo…”.

Y así, la alegría de Beryl se convirtió en tristeza.

Su voz se comenzó a quebrar cuando reconoció que no solo había estado sola en casa el día de su cumpleaños, sino durante muchos días. Esa conversación telefónica era la primera vez que hablaba en más de una semana.

Aproximadamente 10.000 llamadas similares se reciben a la semana en un modesto edificio de oficinas en este pueblo costero en el extremo noroeste de Inglaterra, que aloja a la Silver Line Helpline, un centro de llamadas telefónicas que trabaja 24 horas al día para atender a adultos mayores que buscan satisfacer una necesidad básica: tener contacto con otras personas.

La soledad, que Emily Dickinson describió como “el horror que no debe examinarse”, es silenciosa y devastadora. Sin embargo, en el Reino Unido se ve cada vez más como un serio problema de salud pública que merece recursos públicos.

Los gobiernos locales y el Servicio Nacional de Salud de ese país han desarrollado programas dirigidos a mitigar la soledad en decenas de ciudades y pueblos. Incluso se ha capacitado a brigadas de bomberos para inspeccionar las casas no solo por seguridad contra incendios sino buscando signos de aislamiento social.

“Aquí ha habido una explosión de la conciencia pública, desde las autoridades locales hasta el Departamento de Salud, pasando por los medios”, dijo Paul Cann, presidente ejecutivo de Age UK Oxfordshire y fundador de la Campaña para Terminar con la Soledad, un grupo fundado hace cinco años y con sede en Londres. “La soledad tiene que ser asunto de todos”.

Los investigadores han encontrado pruebas cada vez más concluyentes que vinculan la soledad con enfermedades físicas así como con un declive funcional y cognitivo. Como indicador de muerte prematura, la soledad está por encima de la obesidad.

“Los efectos profundos de la soledad en la salud y la independencia son un problema crucial de salud pública”, afirmó la Dra. Carla M. Perissinotto, una geriatra de la Universidad de California en San Francisco. “Ya no es ni médica ni éticamente aceptable ignorar a los adultos mayores que se sienten solos y marginados”.

En el Reino Unido y Estados Unidos, cerca de una de cada tres personas mayores de 65 años vive sola, y en Estados Unidos la mitad de quienes son mayores de 85 años viven solos. Estudios realizados en ambos países muestran que la prevalencia de la soledad entre individuos mayores de 60 años oscila entre el 10 y el 46 por ciento.

Mientras que los sectores públicos, privado y de voluntariado en el Reino Unido están pasando a la acción para enfrentarse a la soledad, los investigadores están profundizando su conocimiento sobre sus fundamentos biológicos. En un trabajo publicado en este mismo año en la revista Cell, neurocientíficos del Massachusetts Institute of Technology identificaron una región del cerebro que, según creen, genera sentimientos de soledad. Esta región, conocida como el núcleo dorsal del rafe, o NDR, es más conocida por su vínculo con la depresión.

Kay M. Tye y sus colaboradores hallaron que cuando los ratones vivían juntos, las neuronas dopaminérgicas en el NDR estaban relativamente inactivas. Sin embargo, después de aislar a los ratones durante un periodo corto, la actividad de esas neuronas aumentaba cuando se reunía a esos ratones con otros.

El estigma no verbalizado de la soledad se hace muy evidente durante las llamadas a Silver Line. La mayoría de las personas llaman para pedir consejo, por ejemplo, sobre cómo hornear un pavo. Muchas marcan más de una vez al día. Una mujer llama cada hora para preguntar qué hora es. Es muy raro que alguien hable con franqueza sobre la soledad.

No obstante, el impulso de llamar a servicios como The Silver Line es sano, afirma el profesor Cacioppo.

Hace poco, una tarde, Tracey, consejera de Silver Line, estuvo escuchando a un hombre de unos ochenta años que se embarcó en un nostálgico viaje a través de sus películas favoritas. En la siguiente llamada un hombre le ofreció una serenata a Tracey tocando “Oh What a Beautiful Morning” en su armónica.

Una vez que colgó el músico, entró una llamada de un hombre de 88 años con una avalancha de recuerdos para compartir: los perros que tuvo, los barcos que capitaneó, Londres bajo los ataques aéreos. Tracey, una antigua enfermera, escuchó pacientemente durante 30 minutos.

“Puede ser fascinante cuando la gente habla sobre cosas como Londres durante los bombardeos”, dijo cuando terminó la llamada. “Es importante recordar las vidas de las personas”.

Los trabajadores de Silver Line dejan a quienes llaman la decisión de mencionar si se sienten solos. De todas formas, los consejeros están capacitados para identificar señales de aislamiento infeliz, y llevar gentilmente la conversación hacia ese tema; tal vez ofrecen relacionar a quien llama con un amigo de Silver Line, es decir, un voluntario que lo llamará una vez a la semana o escribe cartas a quienes lo solicitan.

Sophie Andrews, presidenta ejecutiva de Silver Line, dijo que estaba sorprendida por el torrente de llamadas recibidas poco después de que el servicio comenzara a funcionar hace casi tres años. Este centro de llamadas en Blackpool recibe ahora alrededor de 1500 llamadas al día.

Andrews dijo que lo más preocupante no son las personas que llaman a Silver Line, sino aquellos tan deprimidos por su aislamiento que no levantan el teléfono para llamar. “Necesitamos crear conciencia en aquellos a quienes es más difícil alcanzar”, afirmó.

El profesor Cacioppo alaba iniciativas como The Silver Line; sin embargo, advierte de que el problema de la soledad tiene muchos matices, y las soluciones no son tan obvias como parecen. Eso significa que una línea de llamadas puede ayudar a reducir el sentimiento de soledad temporalmente, pero no parece posible que disminuya los niveles de soledad crónica.

Mediante sus investigaciones, el profesor Cacioppo ha demostrado que la soledad afecta varias funciones corporales clave, por lo menos en parte a través de la sobreestimulación de la respuesta del cuerpo al estrés. Según ha mostrado su trabajo, la soledad crónica se asocia a niveles altos de cortisol, una de las principales hormonas del estrés, así como con una mayor resistencia vascular, que puede elevar la presión arterial y reducir el flujo sanguíneo hacia órganos vitales. Las investigaciones del profesor Cacioppo también han demostrado que las señales de peligro activadas en el cerebro por la soledad afectan la producción de glóbulos blancos; esto puede afectar la capacidad del sistema inmune para combatir infecciones.

""

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

La frase de la semana

«La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza.»

Napoleón I (1769-1821)
Emperador francés.

Permanencias Voluntarias tiene como única prioridad ser un nuevo canal de comunicación comprometido con toda su audiencia y con la verdad, creando contenidos dinámicos que lleguen a cada uno de los rincones digitales del mundo.

Desde Xalapa, Veracruz, creado en 2012, nuestro canal llega a más de 25 países en el mundo entero, conectando a México con cada rincón del globo basándonos en las letras, las imágenes y el color.