Facebook lleva meses persuadiendo a la Casa Blanca para lanzar una aplicación que suscita controversia. La red social de Mark Zuckerberg necesita confirmar que cuenta con el visto bueno de las autoridades antes de lanzarse al vacío sin paracaídas, porque ya intentó implantar la app el pasado mes de febrero en India y se estrelló cuando los reguladores la prohibieron.

El proyecto que Facebook quiere impulsar está relacionada con la misión que proclama repetidamente: conectar a todo el mundo a través de Internet. Sin embargo, en la era digital existen grupos de población que quedan totalmente excluidos del mundo online porque carecen de acceso a la red.

«El primer paso hacia la igualdad digital». Publicidad de Facebook

Zuckerberg ha sido el ideólogo de una idea aparentemente filantrópica: conexión gratuita para aquellos que no la pueden pagar. El objetivo es que puedan acceder, por ejemplo, a noticias de actualidad, a información sobre salud pública o a pistas sobre ofertas de trabajo sin ningún coste. La estrella se bautizó con el nombre de Free Basics.

La bonda puede esconder una violación de la neutralidad de la red y una política anticompetitiva
El problema, para muchos, es que el proyecto esconde una violación de la neutralidad de la red y una política anticompetitiva. Este servicio se proporcionaría porque Facebook acordaría con algunas compañías no cobrar una tarifa de datos a usuarios con poco poder adquisitivo. Pero precisamente solo negocia con algunas compañías, no con todas. Ahora, en Estados Unidos, Facebook se ha acercado a convencer a las más pequeñas y no a nacionales como T-Mobile o AT&T.

Free Basics, además, no permite acceder tampoco a todos los contenidos que existen en la red, simplemente a una serie de páginas preelegidas. Los que se posicionan en contra argumentan que crea un Internet a dos velocidades: los ricos pueden acceder a la infinidad mientras que los pobres solo a lo que Facebook quiera.

La discusión cobra relevancia porque Estados Unidos se convierte en el epicentro del debate sobre el futuro de Internet. Y el asunto no es sencillo porque puede abrir una caja de Pandora. Sobre la mesa se ponen dos difíciles cuestiones inexplicablemente incompatibles: ¿conexión universal o neutralidad de la red?

Fuente: The Washington Post