En ocasiones nos preguntamos: ¿Es necesario desgastar tanto un personaje?
En este año, el anuncio con bombo y platillo de dos películas más de Rápidos y Furiosos llamó la atención, sobre todo por que la saga al parecer vería su ocaso al morir Paul Walker, sin embargo, las buenas ventas de la octava cinta y las intenciones de los productores de seguir dando derrapes sobre el pavimento son innegables. Explosiones, autos, mujeres en diminutas vestimentas, y un argumento que al parecer no cambia demasiado, son la fórmula que aún tiene estás cintas en el gusto del público por increíble que parezca.
Sin embargo, no con todos los personajes suele suceder igual.
En 1984 James Cameron nos entrego a uno de los personajes icónicos del cine. Arnold Schwarzenegger encajó de inmediato en un personaje que lo convertiría, a la postre, en el Governator, una apología del significado del personaje en la vida del actor, sin embargo, no todo lo bueno debe durar para siempre.
En enero adelantamos que James Cameron estaría reiniciando la franquicia Terminator pero no como director, cómo en la película original, sino como productor. Tim Miller, el director responsable de Deadpool será el encargado de llevar a la pantalla a un nuevo Terminator, para una nueva generación.
De hecho, el actor protagonista Arnold Schwarzenegger ha confirmado que el director de la película original, y productor de la nueva película, está trabajando en el proyecto. Pero no sólo eso, también confirma que él también formará parte.
Está de vuelta. Está avanzando. Él [Cameron] tiene algunas ideas de cómo continuar con la franquicia. Voy a estar en la película.
Ante un probable regreso de Terminator ante la fatídica Terminator: Genesys, solo queda una pregunta: ¿Es necesario?

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