El crímen organizado ha invadido todas las trincheras posibles. La Narco cultura se ha convertido también en un bastión importante de la cultura pop y que ha afectado en la percepción que existe sobre los «beneficios» de ser un delincuente. Con historias sui generis que probablemente no han sido bien aceptadas por algunos, pero que han tenido un arrastre mediático en muchos sectores de la sociedad.
Narcos, la serie biográfica de Netflix, se centró en la vida de uno de los narcotraficantes más importantes de la historia. La vida de Pablo Escobar protagonizada magistralmente por Wagner Moura (Tropa de Elite), Boyd Hoolbrock (Logan), y Pedro Pascal (La última muralla), nos adentro de una forma poética a la vida y obra de un hombre sanguinario pero con una carga dramática impresionantemente dirigidos todos por un mago de la impresión dramática en escena José Padilla (Tropa de Elite).
La segunda temporada dio el cerrojazo a la participación de Pablo Escobar y abrió con un final interesante la persecución del Cártel de Calí por parte de Javier Peña (Pedro Pascal) en una interesante carrera contra el tiempo y el narcotráfico.
Narcos, sin lugar a dudas es una serie que probablemente redime un género a todas luces golpeado por un malentendido estandarte de verdad.

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