El peso mexicano se ha depreciado casi 50% contra el dólar en la administración de Enrique Peña Nieto.

Los analistas consultados por Forbes México coinciden en que el actuar del gobierno federal tiene incidencia directa en los fundamentales de la economía nacional, por lo que tiene un efecto directo en el tipo de cambio, sobre todo por la vía de la política fiscal y por los efectos inflacionarios.

Desde el 1 de diciembre de 2012, cuando EPN tomó posesión, al 31 de agosto de 2018, a 3 días de su sexto informe de gobierno, el dólar pasó de 12.93 a 19.13 pesos por unidad, por lo que se encareció 47.88%

Raymundo Tenorio, analista de economía y profesor asociado del Tec de Monterrey, explicó que la política fiscal ha afectado al tipo de cambio pues “la política que promueve un déficit creciente hace que la moneda tenga presiones”.

Sergio Negrete, exfuncionario del FMI y profesor en ITESO, añadió que la inflación incidió de manera directa en el tipo de cambio, pues “si como gobierno permites que avancen los precios, esto, en última instancia, se refleja en el tipo de cambio”.

Pero este punto podría generar un círculo vicioso, pues a su vez una depreciación del tipo de cambio podría generar presiones inflacionarias.

“Es por ello que el Banco de México ha actuado en el mercado cambiario para que el tipo de cambio no origine presiones de segundo grado”, explicó Negrete.

Los factores

El tipo de cambio se había mantenido más o menos estable entre 2010 y 2014, flotando entre los 12 y 13 pesos por dólar.

Pero todo cambió en 2014, cuando el precio del petróleo comenzó a tener un declive, cuyo efecto se extendió hasta 2016. Solo entre agosto de 2013 y enero de 2016 la mezcla mexicana de exportación pasó de 100 a 23.9 dólares por barril.

“Pero después del petróleo llegó el ‘factor Trump’, que ha tenido mucha influencia en el tipo de cambio. Y por supuesto que hay otros factores, pero los más importantes han sido Trump y el petróleo”, complementó Negrete.

Doble efecto en las inversiones

Ambos analistas coincidieron en que, en cierta medida, es deseable que el tipo de cambio se mantenga estable para que las inversiones fluyan.

“Si tú como inversionista extranjero vas a invertir en México, quieres que el tipo de cambio se mantenga estable, porque si se deprecia demasiado, tus ingresos en dólares van a bajar. Esto podría provocar que se haga menos atractivo invertir en el país”, dijo Tenorio.

Pero no todo es negativo en este rubro pues “si la moneda se deprecia, los inversionistas pueden invertir más dinero en el país”, ejemplificó Negrete.

Así, la inversión extranjera directa pasó de 26,528 millones de dólares entre 2007 y 2011 a 32,343 entre 2012 y 2017, aunque otros factores, como la apertura del sector petrolero, también explican el incremento.

“El tipo de cambio dañó mucho a Peña. Las personas tienen en mucha consideración dos precios de la economía, el del dólar y la gasolina. Que los dos hayan incrementado en su período explica gran parte del rechazo electoral al PRI en las elecciones pasadas”, dijo Negrete.

“La gestión fue nefasta, vista desde el tipo de cambio”, agregó Tenorio.

Texto original: El Financiero