La batalla contra las masculinidades tóxicas cada vez gana más inesperados adeptos. El más reciente es la marca Gillete, especializada en productos para afeitarse, que se ha inspirado en el movimiento #MeToo de millones de mujeres contra el abuso sexual para lanzar un nuevo comercial que cuestiona qué significa ser un hombre.

Las «masculinidades tóxicas» son todos aquellos prejuicios que una sociedad patriarcal construyó alrededor del imaginario de ser varón y que terminan por perjudicar al género masculino, como la imposición de que los hombres no lloran, que deben ser fríos, violentos, sexualmente activos, heterosexuales, proveedores en casa o que deben colocarse en situaciones de riesgo para mostrar su virilidad.

El comercial que dura casi dos minutos muestra escenas típicas de una masculinidad tóxica: un ejecutivo que calla y acaricia a una compañera de trabajo sin su consentimiento, un hombre que se burla de un chiste machista en televisión, un joven que acosa a una chica en la calle y un grupo de hombres que asan carne mientras observan, divertidos, como dos niños pequeños se pelean a golpes, entre otros. Este último grupo repite una y otra vez la misma excusa para no intervenir en esos comportamientos equivocados: «boys will be boys», que en español se traduce como «los niños siempre serán niños».

Esas escenas se mezclan con escenas reales del movimiento #MeToo y de otros hombres que han dado la pelea contra las masculinidades tóxicas, como el actor Terry Crews, quien ha hablado públicamente sobre cómo la presión de actuar como la sociedad lo espera de un hombre negro, musculoso, atractivo y exitoso lo llevó a desarrollar una adicción a la pornografía.

Al final del video, la empresa hace énfasis en la urgencia de que los varones adultos sean la inspiración de comportamientos no tóxicos para que los niños de hoy que serán los hombres de mañana.