La institución trata de mantener la estabilidad del rublo ante la guerra.

El Banco Central de la Federación Rusa incrementó ayer 15 de agosto, su tasa de interés oficial en 350 puntos base, hasta 12%, una medida de emergencia para intentar frenar la reciente caída del rublo tras el llamamiento público del Kremlin a una política monetaria más restrictiva.

La reunión extraordinaria del banco central se produjo después de que el rublo se desplomara el lunes por encima del umbral de los 100 frente al dólar, arrastrado por el impacto de las sanciones occidentales en la balanza comercial rusa, al mismo tiempo que se dispara el gasto militar.

El asesor económico del presidente Vladimir Putin, Maxim Oreshkin, reprendió el lunes al banco central, culpando a lo que llamó su política monetaria blanda de debilitar el rublo.

Horas después de las palabras de Oreshkin, el banco anunció la reunión de emergencia.

“La presión inflacionista está aumentando (…) La transmisión de la depreciación del rublo a los precios cobra impulso y las expectativas de inflación van en aumento”, afirmó el banco en un comunicado.

A pesar de frenar la podredumbre, los analistas coincidieron en que la medida no tendrá un impacto duradero.

“Mientras continúe la guerra, todo irá a peor para Rusia, su economía y el rublo”, afirmó Timothy Ash, estratega soberano de mercados emergentes de Bluebay Asset Management.

Subir las tasas de interés oficiales no resolverá nada -podría frenar temporalmente el ritmo de depreciación del rublo al precio de un menor crecimiento del PIB real- a menos que se resuelva el problema de fondo, la guerra y las sanciones”, detalló.

En su declaración original, el banco eliminó su habitual orientación de línea dura de que consideraría futuras alzas, lo que llevó a algunos analistas a especular que los réditos han tocado techo.

Pero poco después de la decisión, el banco emitió una declaración adicional: “En caso de que se refuercen los riesgos proinflacionistas, es posible un aumento adicional de la tasa oficial”.

Fuente: El Economista