Por Pedro Mellado Rodríguez (Milenio)
El problema de los partidos políticos de oposición, de las cúpulas empresariales, de la alta jerarquía de la Iglesia Católica y de una minoría que se presume exquisita y se exhibe vulgarmente pretenciosa, que observa con desprecio a la mayoría de la población, a la que discrimina porque la considera ordinaria, corriente, impreparada y fanática, es que no terminan por comprender que en los comicios del pasado domingo 2 de junio del 2024 el pueblo los abandonó porque ya no les cree y mucho menos les tiene confianza.
La mayoría del pueblo simplemente depositó su confianza y su justo afán de reivindicación en una opción política que después de muchas décadas les ha puesto atención a los marginados, a los desvalidos, a los que siempre han sido ninguneados y excluidos de los grandes banquetes en los que sólo gozan los que pertenecen a esa minoría privilegiada que históricamente se ha sentido dueña del país. Continuar leyendo
Para desencanto y frustración de esa minoría privilegiada, la mayoría del pueblo se expresó en las urnas y apoya la profundización del proyecto de la Cuarta Transformación, que sustenta la idea de que, para bien de todos, primero los pobres y que en los seis próximos años orientará también su atención amorosa y gentil hacia las mujeres más pobres.
Los grupos que tradicionalmente detentaron el poder en el país -tanto el político como el económico- hicieron tan mal sus tareas, al grado que en los pasados comicios la mayoría del pueblo votó para darle a la coalición encabezada por Morena la Mayoría Calificada en la Cámara de Diputados, y por una diferencia muy salvable de dos o tres votos menos, también la Mayoría Calificada en el Senado de la República.


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