La nueva estrategia del Gobierno de México está rindiendo frutos en la captura de altos mandos en el crimen organizado, pero, la profundidad de las lesiones debe ser mayor si quieren buenos resultados.

Por Edel López Olán (Permanencias Voluntarias)

En México tenemos un dicho popular que hoy le aplica perfectamente a la presidencia de Claudia Sheinbaum:

«¿No que no tronabas pistolita?»

Y es que el gobierno de la república se ha dedicado, de la mano de Omar García Harfuch a entablar un nuevo esquema de seguridad que pone distancia a la estupidez de los «abrazos no balazos» de Andrés Manuel López Obrador, pero, esta decisión tiene un trasfondo político y económico profundo que nos pone a todos los mexicanos en medio de un fuego cruzado (otra vez)

Las «filtraciones» de la CIA al New York Times sobre el sobre vuelo de drones Reaper en territorio mexicano encendieron las alarmas de un país que, al igual que el narcotráfico, ve como poco a poco se cierran los caminos de negociación.

El dron más avanzado del mundo no necesita ningún tipo de tripulación y puede ser operado desde miles de kilómetros de distancia. La velocidad que alcanza es de 300 km por hora y tiene la capacidad de crear imágenes detalladas de zonas específicas de forma natural o infraroja, lo cual lo convierte en un dispositivo letal para localizar movimiento bajo tierra con capacidad de cargar cuatro misiles Hellfire, varias bombas aire tierra y una capacidad de vuelo de 27 horas sin recarga y que es utilizado en zonas de guerra como Irak o Afganistán.

Desde el día uno del gobierno de los Estados Unidos al frente de Donald Trump, la lucha contra el narcotráfico y la violencia que ejerce donde sea, se ha intensificado de aquel lado de la frontera algo qué, como un tsunami de decisiones, repercutió en México y sus fronteras. La CIA no filtró la información, la agencia de inteligencia dio un manotazo en la mesa presionando al gobierno de México con un mensaje devastador: Ya sabemos donde están.

Esta situación dio una vuelta más al nudo de una cuerda que ya se encuentra tensa por una larga lista de asuntos binacionales que incluyen una eventual guerra comercial provocada por los aranceles y la inmigración irregula(que son dos prioridades en la agenda del republicano), mientras, el Ejecutivo mexicano ha señalado que la vigilancia de las autoridades estadounidenses facilitará el intervencionismo de Washington en asuntos internos y que las operaciones contra los narcotraficantes podrían llevar a la vulneración de la soberanía.

Las dudas que existen tanto dentro y fuera del país se centran principalmente en como el narcotráfico se ha filtrado en todas las filas del ejército mexicano y cada una de las instituciones de seguridad del país, y es que más allá de situaciones internas de inseguridad provocadas por la nula acción de la autoridades, el narcotráfico en México es una actividad productiva y mercantil, y por su carácter internacional y al margen de la legalidad se encuentra desarrollada por individuos y organizaciones interesados fundamentalmente en el lucro personal (incluidas personas del gobierno), por lo tanto, tienen la capacidad económica para «torcer» a quien sea.

Desde hace muchos años en México la transformación (miren que paradójico) del narco mexicano ha seguido el modelo colombiano. En los años 70´s la «narcoguerrilla» colombiana se basó en las labores agrícolas, desarrolladas en general por pequeños productores campesinos en zonas de colonización con presencia de organizaciones guerrilleras que, de una u otra manera, comienzan a verse involucradas en la regulación de la actividad, mediante el cobro de «impuestos» bajo la modalidad de la «extorsión» articulando desde el campo, una serie de niveles de inserción que van desde la comercialización de químicos y tecnología para realizarlos y el procesamiento comercial a gran escala hacia países de gran consumo como los Estados Unidos.

Por lo tanto, y también ante la reforma al Poder Judicial, es importante entender lo plasmado en El último número de la Revista Criminalidad, editada por la Policía Nacional de Colombia, describe de manera contundente el impacto del narcotráfico en la democracia y que también es una preocupació no solo para Estados Unidos, sino para el mundo entero:

«En la actualidad, el narcotráfico es la mayor amenaza para la institucionalidad y gobernabilidad del Estado, a partir de la capacidad de corrupción que ha desarrollado, producto de sus finanzas y la vinculación de los grupos armados ilegales. Así, se ha constituido en el principal factor de atención para al Gobierno Colombiano, y especialmente para la Policía Nacional, como institución que lidera la lucha contra el narcotráfico en el país.»

La preocupación de la presidencia de México está centrada en este momento, al ser declarados siete cárteles de México como grupos terroristas, al financimiento desde el exterior, así como la «ayuda» que puedan recibir de cualquier latitud del mundo los cárteles sean considerados actividades terroristas algo qué puede derimir en otro apretón en el nudo de la cuerda que Estados Unidos tiene sobre el cuello de México.

Y es que la prisa de México mete turbo por otro frente de batalla que tiene aun muchos capítulos por delante.

La captura de «El Mayo» Zambada por parte de los Estados Unidos y la forma en como ha «cantado» (o comenzará a cantar) en contra de varias personalidades políticas del gobierno de la 4T, le quitaron a la presidenta los pocos ases que tenía bajo la manga.

Entonces, cual es la opción: El cambio de estrategia.

La timorata e ineficiente Rosa Icela Rodríguez se mantuvo toda su administración dentro de sus oficinas algo que impacto de forma importante al momento de distribuir los recursos en favor de la justicia en todo el territorio nacional. Poner a Harfuch al frente de la Secretaria de Seguridad era algo cantado por la presidenta de México y el trabajo de campo que ha realizado el ahora secretario ha coadyudado a que existan golpes fuertes pero no contundentes en contra del crimen organizado.

Y es qué México sigue siendo un polvorín. La situación es crítica en varios de los 31 estados del país. En Guerrero, Morelos, Guanajuato, Baja California o Sinaloa, la violencia homicida está por las nubes. Eso en un país que llegó a los más de 30.000 asesinatos y tiene 7 de las 10 ciudades más violentas del mundo. La extorsión, un crimen que rara vez se denuncia, no da tregua. El Gobierno reconoció antes de Navidad del 2024, las investigaciones abiertas por este delito aumentaron un 15% en el último año. La capacidad de fuego creciente de la delincuencia, dedicada a múltiples actividades más allá del narcotráfico, reta a las diferentes esferas del Estado, acostumbrado a un esquema de laissez faire, (expresión francesa que significa «dejen hacer» o «dejen pasar».) por lo tanto, la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos aceleró el paso de Harfuch y compañía que deben dar resultados si o sí, yendo incluso en contra de la narrativa del sexenio anterior que sigue apareciendo como el peor error cometido por los mexicanos.

AMLO aseguró que el fentanilo literalmente no existía en el país, que no había laboratorios ni precursores químicos. Aseguró que México solo era el paso de los activos de la droga y sus consecuencias, pero Sheinbaum no podía quedarse con esa papa caliente en las manos y decidió deshacerse de ella por su bien y el de su paso por la historia.

A 10 días de la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos, en México (sí, ese país impoluto donde no había droga) ha capturado a 610 criminales de alta escala en diferentes operativos, ha decomisado armas, cartuchos y cargadores, así como 18 toneladas de drogas… interesante…¿No creen?

Y mientras la presidencia de México sigue aseverando que todo es en coordinación y no bajo subordinación, (Sujeción a la orden, mando o dominio de alguien.) según ellos, hoy, es evidente que todo apunta a que si Trump dice salta, México solo dirá: ¿Qué tan alto quieres que salte?

Un momento aquí….¡Detengámonos!

No se trata de un nacionalismo pedorro y sin sentido. Todos los mexicanos somos conscientes de que nadie puede venir a nuestro territorio a decir que podemos, debemos y tenemos que hacer, pero esta realidad es el resultado de lo que siempre pudieron hacer, nunca debieron permitir y ahora tienen que solucionarlo, por que no tenemos ninguna forma de negociar y es bueno que, al menos, Claudia Sheinbaum entienda la realidad política en la que está de pie y deje de vender humo a sus votantes.

La encrucijada que le dejó AMLO a Sheinbaum es impresionante y la violencia que podrá detonar la captura de los capos de la droga para llenarle el ojo al macho a Trump y su gobierno, será otro de los incendios que deberá apagar la mandataria y se está quedando sin agua (otro problema nacional, por cierto) y es evidente que como sparring, sigue esquivando golpes (de forma muy elegante, debemos reconocerlo) mientras trata de sobrevivir a todo lo demás.

México está harto de la violencia y por fin la Cuarta Transformación se dio cuenta que para erradicarla se necesitan abrazos y también balazos después de dejarlos vivir tan tranquilos como los pasajeros de ese elefante blanco que es el AIFA.

Y eso, eso es muy pinche lamentable.

Hasta la próxima.