Tesis y castigo.
Por Edel López Olán.
El lamentable incidente de Peña Nieto y su famosa tesis nos debe indignar por muchas razones. El hecho de que un estudiante tenga la visión de corromper las reglas básicas de una proceso creativo, nos habla no tan solo de un sistema de evaluación bastante deficiente por parte de la Universidad Panamericana, sino de una crisis de moral no propia de un estudiante que apenas (en ese tiempo) se integraría a las filas del plano laboral.
La indignación provocada debe ser una lección para todos los estudiantes universitarios del país. Si bien una tesis es solamente un documento para dar punto final a un ciclo de estudio, deben, desde ese momento, tener la ética suficiente para crear conocimiento más allá de las bajas pretensiones de un sistema que solamente exige y poco produce. Deben aplicarse a profundidad y conocer los mínimos puntos de un proceso de investigación, para qué el día de mañana su nombre sea reconocido por ejercer los conocimientos adquiridos en la escuela y no por ser unos rufianes de baja moral y poca visión a futuro.
Como sociedad, también debemos aprender mucho de este lamentable hecho. Cada proceso electoral las redes sociales explotan en demasía en decenas de memes que solamente hacen mofa de características, ideas o pasado de las personas involucradas en la competencia por la presidencia, sin embargo, como ciudadanos somos responsables de muchas cosas y más con una herramienta tan grande como lo es el internet. Hoy, tenemos la facilidad de acceder a información que al momento de votar, será crucial para decidir nuestro sufragio. Fraudes, tesis mal logradas, denuncias por pederastia, enriquecimiento ilícito, todo, ahora TODO está en la red, en un ejercicio de consciencia que debemos ejercer los ciudadanos y hacer llegar a las personas que no tienen acceso a ella, la información de algo que el día de mañana impactará nuestros destinos.
La vida de nuestro país da tumbos cada día. La vía por la cual se llega a los destinos políticos son muchos; pero nosotros como ciudadanos tenemos mayor responsabilidad en investigar, gestionar y entregar un país en base a datos y no en apasionamientos estúpidos que se leen cada seis años en la red por un candidato solamente por su demagogia vacía y sin sentido.
Sí, el presidente de México cometió un estúpido error en medio de un sistema corrupto que lo permitió. Nadie lo obligo a hacerlo, pero, como buen estudiante de Derecho (que la verdad no creo que haya sido) debió entender que lo que hacía iba contra de toda lección adquirida; pero si nosotros como ciudadanos preferimos perder el tiempo en generar memes contra sus opositores y contra él mismo en lugar de poner la información como argumento, como una forma de desacreditarlo como candidato, entonces, también somos parte del error.
Tenemos dos años para informarmos por los presidenciables. Tenemos dos años para darnos cuenta de quién son en realidad.
Tenemos dos años para crear a consciencia un concepto y el voto para nuestro país.
Tenemos que hacerlo, ¡comprometamos nuestra consciencia!
¡Por un México sin «errores de estilo»!
Hasta la próxima.