Por Edel López Olán

Tú no has ganado nada Elba Esther, pero hoy perdió un país que sigue sumido en la desesperación observando cómo un puñado de rufianes se apoderan de la historia de un pueblo, del control de su destino y la esperanza de su gente. Hoy perdió un país que se percata como se hace otro negocio desde las altas esferas del poder mientras que, con esperanza, siguen depositando su fe en políticos rastreros que se enriquecen a costa de los que menos tienen.

Hoy perdieron los maestros, esos millones de profesionales que velan una lucha a ciegas, que han sido olvidados, maniatados desde el sindicalismo y convertidos en carne de cañón administración tras administración. Hoy,  desde la trinchera del olvido, millones de maestros luchan por la preparación de un país desde reformas injustas, condiciones de trabajo infrahumanas y el dolor de la indiferencia de un pueblo que los juzga por culpa de luchas que ya están alineadas desde la mesa.

Tú no has ganado nada Elba Esther. Hoy, solamente es un puñado de arrastrados quienes celebran la salida de uno de los líderes más corruptos de la historia del sindicalismo en México, un país que ha perdido en todas las trincheras, donde ha perdido la democracia y se sigue perdiendo la credibilidad en las instituciones.

Hoy te presentas como una campeona, como un caudillo orgulloso de unas huestes confundidas que se mantuvieron a la expectativa de una lucha en la pobreza y mientras tú te operabas ese rostro deformado para ocultar esa lid de falsa lucha. Tus hechos pasados se convirtieron en un cheque al portador, mientras que los futuros lentamente se convierten en otro capítulo que se escribe con sorna, con desgracia, con dolor.

Hoy México de nuevo se da cuenta que el cambio no existe, que los gobiernos salientes sacan a las ratas al mar de la impunidad, mientras los entrantes observan con desdén desde una posición de observadores que no les corresponde, pues democráticamente, el pueblo les dió la autoridad para ejercer la ley y satisfacer la sed de justicia y no para observar, callar, y seguir negociando desde la oscuridad que la política les permite. Hoy, con tu salida «victoriosa», has debilitado a un país que sigue muriendo abrazando una esperanza.

Tú no has ganado nada Elba Esther, pero con tu cínica sonrisa demuestras que nunca soltaste el poder y que todos, entrantes y salientes, se burlaron de nuevo de los mexicanos, y eso es lamentable.

Hasta la próxima.