Texto original: El Financiero
Así como los humanos que al pasar los años las arrugas van apareciendo, la Luna tiene las propias y esto podría ser la razón por la que su ‘piel’ o corteza se está encogiendo, de acuerdo con información de la NASA.
Hace miles de millones de años, en la Luna se formaron varias cuencas llamadas «yeguas» o MAR-ay. Los científicos habían asumido durante mucho tiempo que estas cuencas estaban muertas; sin embargo, un reciente estudio de la agencia reveló que estas han registrado movimiento.
La NASA analizó más de 12 mil imágenes y observó que estas yeguas se han agrietado y por ende, han cambiado en varias partes de la Luna.
«Tomadas por la Cámara de Orbitación de Reconocimiento Lunar (LROC) de la NASA, las imágenes revelan crestas de arrugas: colinas curvas y trincheras poco profundas creadas en la superficie lunar que se contraen a medida que la Luna pierde calor y también se contrae«, informó la agencia en un comunicado publicado en su página de internet.
El estudio, dirigido por Nathan Williams, un investigador postdoctoral del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, reafirma que la Luna es un mundo que cambia activamente.
Para este estudio, Williams y su equipo se enfocaron en una región cercana al polo norte de la Luna llamada Mare Frigoris o Mar Frío.
El estudio estima que algunas de las crestas surgieron en los últimos mil millones de años, mientras que otras pueden no tener más de 40 millones de años.
«Eso es relativamente nuevo en términos geológicos; estudios anteriores habían estimado que todas estas cuencas dejaron de contraerse hace unos mil 200 millones de años», detalla el documento.
Esto se debe a que la Luna, al igual que la Tierra, experimenta lo que se conoce como tectónica, proceso que crea montañas, destruye masas de tierra y causa terremotos.

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En la Tierra, estos procesos ocurren a medida que el manto del planeta hace que los pedazos de corteza, llamados placas, se desplacen entre sí; sin embargo, la luna no tiene placas, por lo que su acción tectónica se produce cuando pierde calor.
«La pérdida de calor hace que su interior se contraiga, arrugando la superficie y creando características distintivas como las identificadas en el estudio», señala el experto.
«La Luna todavía está temblando. Ha estado perdiendo calor durante miles de millones de años, además de encogerse y hacerse más delgada», abundó el especialista.
El efecto es similar al de un neumático de automóvil en invierno: a medida que la temperatura desciende, el aire dentro de los neumáticos se contrae y crea una superficie más blanda.

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