#ElRapidín
Por Edel López Olán
Entretener es importante para un payaso de circo, pero, cuando ese payaso tiene el destino de una nación en sus manos, se convierte en una preocupación más para toda la sociedad.
Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el primer presidente de #México con una victoria abrumadora. Su estrategia fue manipular la opinión pública desde las carencias evidentes de administraciones pasadas las cuales se convirtieron en una excelente materia prima para una victoria indiscutible.
Parte de esta estrategia y uno de los temas a los cuales se aferró el ahora presidente fue la venta de un avión presidencial, que según él, no lo tenía ni Obama.
El nuevo avión presidencial “José María Morelos y Pavón”, reemplazó al Boeing 757 “Benito Juárez” que desde 1988 trasladó a los presidentes mexicanos en sus giras nacionales e internacionales.
La compra del avión presidencial se dio en el sexenio de Felipe Calderón y 750 millones de dólares fue el costo. El Boeing 787 se convirtió en el primer avión de esa gama, único en el mundo según la empresa y el gobierno mexicano sería el primer usuario de la aeronave, todo esto sustentado por un proyecto presentado por la Secretaría de la Defensa Nacional ante la Secretaría de Hacienda.
El arrendamiento financiero para realizar la compra incluía pagos anuales durante 25 años por un total de 9 mil 840 millones 132 mil pesos y un gasto anual de mil 170 millones por concepto de mantenimiento. La inversión incluía modificaciones al avión y la instalación de un sistema de seguridad parecidos a los del Air Force One de los Estados Unidos (que nunca se realizaron, pero que estaban bajo contrato). La aeronave fue entregada en 2015 y no la estrenó#FelipeCalderón sino el hoy olvidado#EnriquePeñaNieto.
Sí, el avión presidencial fue un gasto innecesario para un país con mayores prioridades que un capricho monumental alejado de la realidad de cualquier mexicano y una burla para los millones más que sobreviven cada día.
Pero el avión ya está y utilizarlo como botín político fue muy fácil para el Macuspano que tiene bien estudiado al 100% all pueblo mexicano: Diles lo que quieren escuchar.
Entre las salidas fáciles expuestas cada día en#LasMañaneras, el presidente olvidó mencionar que especialistas, como la consultora Ascend Flightglobal Consultancy, advirtieron que la venta de la aeronave estimaría pérdidas para #México y que no existiría ningún beneficio ni en su venta ni en mantenerlo “estacionado”, sin embargo, con tal de mantener su botín político y a pesar de las múltiples voces nacionales e internacionales en contra de una venta imposible de realizar, el presidente decidió enviar el avión presidencial a #Californiahaciendo, como siempre, lo que sabe hacer mejor: engañar al pueblo y no hablar de los fríos números
Para muchos adeptos es un insulto escuchar o leer que el #AviónPresidencial no puede venderse. El 787 fue comprado en abonos por el estado mexicano, y en un sistema presidencialista como el nuestro, él no puede vender nada solo por capricho o promesa. 25 años separan al avión presidencial de una venta probable y siguiendo los principios de depreciación de los bienes, el aparato no costará ni la tercera parte de los 750 millones de dólares iniciales. En estos momentos, el contrato tiene la categoría de leasing o arrendamiento financiero, por lo tanto, no puede venderse, pues está en calidad de rentado, vaya, es como si usted querido lector, quisiera vender una casa que renta o un auto que paga por arrendamiento, y si fuera así, y siguiendo la ley a rajatabla, el venderlo tendría penalizaciones importantes que el mismo erario tendrá que pagar. El precio de valuación a este momento es de 130 millones de dólares (620 millones de dólares menos que su costo original), al cierre de 2019 se gastaron en el pago de deuda más intereses, mil 833 millones de pesos y todavía existe un pago remanente hasta 2027 de 2 mil 724 millones de pesos. Solo lavar el avión costó 5 mil dólares. La estancia del avión en California durante el año pasado costó cerca de 30 millones de pesos: 13 millones por su preservación y resguardo, y 15 millones de pesos más para su mantenimiento.
Todo mal, sin fundamentos y lo peor…¡Sin dinero!
El presidente sigue colocando opciones sobre la mesa: Compra de un particular (no lo puede hacer), compra en copropiedad (No lo puede hacer, no nos pertenece) y una rifa. Sí leyó usted bien, UNA RIFA.
En el priismo, las cajas chinas eran la base fundamental de la comunicación social del país. Paso con el Chupacabras, paso con videntes encontrando cráneos y miles de ejemplos más de un arcaico sistema priista que hoy coloca la cereza del pastel con la rifa del avión presidencial.
En México somos un total de 119 millones de personas, de los cuales, según #AMLO, si tres millones de ellos compran un “cachito” a 500 pesos (1,500,000,000 de pesos aproximadamente, mucho menos del valor inicial del avión), alcanzaría lo suficiente para darle (no lo puede dar, no nos pertenece) a la persona el avión y darle un «poquito más» para su mantenimiento y uso, en la mejor expresión de locura que emerge de una desesperación evidente y que le ha caído como anillo al dedo a una administración que urge de nuevos temas que distraigan a todos de la realidad nacional.
Pero Andrés Manuel es un hombre necio sin escrúpulos.
Hoy, al ver como sus promesas de campaña se difuminan en un mar de números y gastos, decide convertir al avión presidencial en una#CajaChina conveniente para disfrazar la falta de empleo, la falta de inversión, de las dudas de inversionistas al actual gobierno, de la premiación de narcos, de la violencia desmedida, de la persecución de contribuyentes, de un sistema de salud sumido en crisis y demás etcéteras que agregue usted a una lista de pifias e improvisaciones propios de una administración sin pies ni cabeza.
Nadie en su sano juicio puede defender ni la compra ni la venta del avión presidencial pero, así como Andrés Manuel López Obrador prometió cambios y transformaciones ¡ha cumplido! pues cambió un monumento al despilfarro en un botín político convirtiendo un avión en la nueva caja china de un gobierno deficiente, y eso, es lamentable.
Hasta la próxima