Y callaron como Piedras


El #rapidín por Edel López Olán

En México existe una grave crisis en#DerechosHumanos. Desde su creación la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) es la principal entidad gubernamental mexicana responsable de promover y proteger los derechos humanos, en especial ante la perpetración de abusos por parte de funcionarios públicos o del Estado.

Simple. La #CNDH protege a los ciudadanos y se mantiene alerta ante las graves inconsistencias que hoy, en un México bárbaro, se dan en cada esquina y a cada paso que damos cada uno de los ciudadanos de este país.

Desde 2006, la CNDH tiene la facultad para impugnar normas generales ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). A la fecha ha presentado 186 demandas de acciones de inconstitucionalidad, de las cuales 53 fueron en 2018. Los registros marcan que desde 2015 se han elevado en un 55,88% las recomendaciones de la comisión y que muchas, desafortunadamente, no llegan a ningún término por parte del gobierno federal.

Entre las resoluciones más relevantes destaca la relativa a la Ley de Seguridad Interior, la cual ratificó la necesidad de que la seguridad pública y la participación temporal de las Fuerzas Armadas y que en ese ámbito se sujeten estrictamente a lo previsto por la Constitución y sea acorde con los parámetros internacionalmente reconocidos, los cuales plantean restringir al mínimo tales intervenciones y fortalecer el control de autoridades e instituciones civiles en ese campo.

El informe de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, señala que en México existe una situación grave en cuanto a Derechos Humanos se refiere. La violencia generalizada así como la captura de personas por parte de elementos del estado, ha tenido como consecuencia graves violaciones a los derechos humanos a pesar de los avances significativos en materia constitucional, por lo tanto, el gran desafío del gobierno mexicano, es socavar el miedo en el que vive la sociedad y procurar, de la mano de las instituciones, romper ese ciclo de impunidad imperante que ha mermado la credibilidad de cada nivel del gobierno.

El gran desafío del Estado mexicano radica en romper el ciclo de impunidad imperante creando mecanismos para al fin lograr una efectiva prevención, investigación, procesamiento y sanción de los responsables de violaciones de derechos humanos, y lograr que los avances normativos generen cambios reales en la vida cotidiana de las personas en México.

Pero, como siempre pasa en cada uno de los análisis de los problemas del país, llegamos a esta palabra clave que de forma lamentable se convierte en la piedra angular de cualquier administración y el principio del caos institucional y legan de México: La #impunidad.

La complicidad por parte de los organismos autónomos en el país, han lastimado el principio fundamental de observar al Estado convirtiéndose en un problema más de las víctimas que ven, desde el inicio, como la comisión se ha rendido ante el gobierno en turno y olvida el dolor y reclamos de miles de ciudadanos que ven como las recomendaciones se escriben pero no se ejecutan.

Pero había llegado “El salvador”, un personaje se entendía o aparentaba comprender el principio de la lucha en pro de los derechos humanos y que se convirtió en una lucha para defender su nombre.

La “Cuarta transformación” se transformaría en esa estructura que abriría paso a la legalidad y el escrutinio, sin embargo, en su hambre de poder, el presidente ha mantenido la misma fórmula de impunidad y complicidad que sigue abriendo una gran interrogante en el rostro de todos los mexicanos.

María del Rosario Piedra Ibarra rindió protesta como nueva titular de la Comisión Nacional de Derecho Humanos (CNDH). La licenciada en psicología por parte de la UNAM y familiar de uno de los miles de desaparecidos en este país, llegaba a la comisión en medio de protestas y manotazos por parte de la oposición que veían en ella (antigua militante del partido MORENA) al cómplice perfecto del gobierno para omitir, desde muchas trincheras, los evidentes chascos de una administración #Morenista que vive de la improvisación.

Las voces a favor de ella se levantaron. Y como ciudadano era nuestra obligación darle el beneficio de la duda a una ciudadana que ha vivido el dolor de ser ignorada por el sistema mientras su mente y corazón velaba por su familiar desaparecido.

Pero la realidad nos alcanzó.

Uno de los retos principales que tiene la ombudsperson era separarse directamente de las acusaciones en su contra sobre su militancia con el partido #MORENA y con Andrés Manuel López Obrador y una de sus primeras aduanas fue posicionarse en una entrevista de banqueta sobre los 14 asesinatos (hasta ese momento) de periodistas en el territorio nacional, a lo que ella solamente se limitó a responder: “¿Han existido periodistas asesinados? Yo solo sé de los periodistas asesinados antes de 1 de diciembre” en una increíble, extraña, reveladora y kafkiana escena repetitiva de «argumentos» vacíos de la#4T y digna de cualquier historia de terror.

Hoy, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se encuentra muda y trabajando para un presidente mientras ignora decenas de faltas al estado de derecho en México: Despidos masivos, falta de medicamentos, crisis migratoria y de seguridad en la frontera sur, el año más violento de México, desapariciones forzadas, Ayotzinapa y decenas de situaciones más que se acumulen y que han sido ignoradas por una comisión que hoy, de una forma vulgar, se ha aplaude los logros de un presidente que sigue nadando de muertito mientras coloca las piezas para que nadie lo observe, nadie le estorbe, y quien lo haga, será señalado con ese mismo escarnio que la misma comisión, paradójicamente, debe combatir.

Hoy, #México sigue viviendo una grave crisis en cuestión de Derechos Humanos, una crisis que crece mientras la administración en turno elige señalar a los que exigenque trabajen mientras protege a criminales y favorecidos por el poder y, a pesar de los esfuerzos de los denunciantes de encontrar un eco a sus demandas en la comisión, se encuentran con una titular que, tal como lo dice su presidente, calla como momia, o mejor dicho, como piedra ante todo lo que pueda perjudicar la imagen presidencial.

Y eso, es lamentable.

Hasta la próxima.

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